Hoy tengo una sensación de incomodidad. No tiene relación con la celebración de Navidad ni la cena en casa de mi hermana (un abrazo gigante para ella, mi cuñado y mi sobrino que me invitaron a compartir esta fiesta en su hogar) sino que se parece a cuando uno quiere dormir y se da vueltas en la cama porque no está cómodo: se destapa, se gira, abraza la almohada, luego la quita y la vuelve a poner y al final uno mira al techo preguntándose por qué no puede dormir. Una cosa así.
El corazón se me acelera un poco y aún no logro pensar ni definir con claridad qué es lo que no me gusta pero definitivamente mis sentidos se mantienen alerta porque hay algo que no cuadra. Y no sé exactamente qué es... Voy a tomarme mis flores de bach, dormir un poco y quizá hacerme reiki, en una de esas por ahí me llega la respuesta. Total, en pedir no hay engaño.
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