Atorá

lunes, 25 de abril de 2016
Necesito escribir. Siempre me gustó, desde pequeña escribía diarios de vida, poemas, cuentos o incluso cartas; lo importante era vaciar mis ideas y dejarlas fluir ordenadas sobre el papel. Ahora, dejar que los dedos bailen sobre el teclado mientras mi cabeza va dictando las palabras.

Soy una convencida de que las personas llegan a nuestra vida con algún propósito. Un empujoncito, alguna verdad dolorosa, un abrazo reconfortante o simplemente esa palabra que necesitabas escuchar de un tercero para que finalmente te hiciera "click" en la cabecita. Así fue como anoche, luego de una charla algo en mí se despertó y dije "voy a volver a escribir en el blog". Si alguien lo lee bien, sino, bien también! Total, la terapia es para mí :)

Ayer hablé sobre el amor incondicional. Querer por el gusto de querer sin esperar a cambio. Sin embargo esta nueva forma de pensar o ver la vida presenta desafíos cuando uno se enfrenta a la disyuntiva de optar por uno primero. Uno trata de ser incondicional con otra persona pero ¿hasta qué punto? ¿Es sano dejar de lado mis intereses o deseos por ello? Y la respuesta es No. No! La base del amor incondicional es que yo puedo ser feliz conmigo, sin necesitar a alguien más para serlo. Todo lo "extra" es una dosis adicional de felicidad en nuestra vida, pero no dependemos de ello para ser felices. Desde pequeños nos inculcan el amor al prójimo, que no debemos ser egoístas y pensar en los demás primero, pero ¿por qué? Si la persona más importante que tenemos somos nosotros mismos!. Somos los primeros responsables de velar por nuestra felicidad, y si eso implica actos que el resto vea como egoístas ¿¡qué importa lo que opine el mundo?! Cuando de corazón uno decide optar por su felicidad los caminos se abren, y al hacerlo con amor esto no tiene por qué interponerse con el amor incondicional a otra persona. Todo calza perfectamente... en beneficio de ambos. 

Se puede. La vida nos regala todo lo necesario, podemos vivir y querer sin condiciones y sólo depende de nosotros, de abrir el corazón y dejar que nuestros paradigmas se derriben, que nuestras barreras y corazas se destruyan, y que no estemos preocupados por "lo que debe ser" según la sociedad, dejar de manipular y controlar a las personas... Es tan fácil y tan difícil!!! Se trata de querer... sólo de querer :)

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