Afortunada

miércoles, 5 de febrero de 2014
Y es así como a vida nos sorprende. Luego de tanto llorar y maldecir a dios o sus equivalentes me resigné. Fue así como una semana cualquiera apestada de tanto trabajo y estrés en mi pega decidí irme sola a Valparaíso para poder olvidarme de todo y relajarme.

Llegué al terminal y no quedaban pasajes. Primera señal. Me ofrecieron un bus pirata y como la verdad estaba ta ofuscada no lo dudé y me subí al bus. Quedó en pana... Segunda señal. Llegué dos horas después de lo presupuestado al puerto, y aún así dije "Me voy al Rincón de las Guitarras: si está abierto entro, sino me voy directo a la casa de mi hermana". Con mochila al hombro me fui al Rincón, no habían mesas en el salón principal.. y después de mucho rato se desocupó una junto al escenario. Ahí me senté, sola, únicamente acompañada por mi mochila y el vaso de terremoto.

Y ahí estaba: cantando sobre el escenario junto a su amigo. Pasó demasiado tiempo hasta que me sacara a bailar, pero desde esa primera cueca no paramos más. 

Creo que si mi jefa (o la jefa de mi jefa) no fuera tan pero tan jodida nunca habría viajado sola ese día, así que le estoy inmensamente agradecida, porque tuve una de mis mejores experiencias en el Rincón :)