Creo que una de mis debilidades se relaciona con la necesidad de ser el centro de atención. Nunca lo hago taaaan descaradamente porque tampoco me gusta ser un payaso, pero siempre he buscado diferenciarme del montón y ser un poco admirada. Quizá esto se debe a problemas de autoestima que venían hace mucho tiempo, y por los cuales necesitaba la reafirmación externa constante de mi valor como persona. Ahora las cosas son bien diferentes, creo que avancé mucho en ese punto, sin embargo las conductas permanecen arraigadas por mucho tiempo en uno.
Es por eso que esta semana tengo como tarea pensar en este punto y diferenciar las adulaciones de un simple halago o palabras sinceras. Claro, como a mí me gusta que me admiren y ser el centro de atención entonces me encantan las palabras bonitas, sin embargo el problema es que me las creo y no atino a darme cuenta que la adulación es parte de la artillería básica de cualquier persona. Igual es como bien lógico pensar que nadie te puede encontrar taaantas virtudes cuando recién te está conociendo... Por otro lado, las personas que tiene facilidad para lisonjear suelen ser bien extrovertidas y charlatanas, por ende suelen manipular con cierta facilidad la realidad según su conveniencia. Resumen: no son tan confiables (en general).
"Quien sabe adular sabe calumniar"
Napoleón Bonaparte
Así que la pega es creer menos y analizar más. O como decía un jefe mío: "más vivita...!" ;)
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