Me doy permiso para ser feliz

lunes, 25 de abril de 2016
Cuesta decirlo: "Me doy permiso para ser feliz". A ver, repita conmigo una vez más. Escúchese. ¿Se lo cree? ¿Qué siente?. Nuestra sociedad se caracteriza por premiar las penurias, interesarse en las tragedias y condoler al que sufre. Pero ¿vende ser feliz? Es más, muchos mejor ni hablan sobre ello porque el resto opina, envidia y hasta contamina lo bueno con sus energías.

Pues bien, he pasado unos meses muy extraños en mi vida. Desde el inicio de mi año chino, el Mono (comenzó el 10 de Febero) me han sucedido una cantidad de cosas realmente "raras".

Me reencontré con un viejo y querido amigo. Comencé a descubrir mi lado de bruja (de esas que tienen conocimientos sobre las vidas de las personas, que tienen intuición, que conocen de plantas, etc). Me hablaron del amor incondicional y aunque en un inicio me dije "esto es una locura... imposible! no puede funcionar así!" cada vez me siento más convencida de que es la forma correcta de querer. He conocido una maestra, he cambiado mi forma de alimentación, escucho lo que dice mi cuerpo y he tenido la suerte de conocer a otros brujos como yo.


Y me di permiso para ser feliz. Sin pareja, sola, a cargo de mi propia vida. Me autoricé a no necesitar a nadie que venga a completar mi vida para poder alcanzar la felicidad, sino que encontrarla en mí misma y compartirla con alguien que esté interesado en compartir lo mismo conmigo. Sin egoísmos, sin caretas, sin manipulaciones, sin "trampas" ni estrategias, sin esperar cosas a cambio... simplemente querer a otro por el placer de quererlo. ¿Cuidarlo porque está enfermo? Buenísimo si de esa forma le quiero demostrar mi cariño, pero no esperando que cuando yo esté enferma él DEBA hacer lo mismo. Si quiere hacerlo, si le nace ¡qué lindo!, pero no implica una condición para mi cariño.

Y estoy más feliz. La vida conjugó a mi favor para dejar un trabajo que me hacía mal donde parte del ambiente y las situaciones eran tóxicas y oscuras, donde se me iba día a día la energía y no tenía ya ganas de hacer cosas para mí.

Siento que puedo hacer la vida florezca para mí... sigo trabajando en el problema del control (han sido tantos años de querer controlarlo todo!) y hoy fue uno de esos días donde necesitaba tomar una agenda y organizar cada día de la semana hora por hora. Pero sabía que era una conducta neurótica que finalmente no me reportaría grandes ganancias, por tanto me resistí a planificar... y veremos qué va sucediendo en la semana.

Suficiente. Voy a reponer neurotransmisores para poder funcionar mañana. :)


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