De italianos y cachureos

Estos últimos días (o semanas) han sido bien extrañas. No puedo decir que ando triste, ni happy... quizá a ratos media desanimada, pero es una especie de "acomodo" que estoy pasando. Es igual que cuando uno se acostumbra a almorzar a las 14:30 y luego tienes que empezar a salir a las 13:00, es una cosa de ajuste, hay que adquirir la nueva costumbre no más. Algo así me está ocurriendo internamente, pero es bueno que así sea, total esta suerte de desequilibrio es temporal ;)

Por otra parte, me siento como cochera de la muerte... Ayer tuve que echar de nuevo a una ejecutiva. Pucha, me da lata! Sobre todo porque sé que necesita la pega, pero lamentablemente no se la jugó: llegaba tarde, hablaba por teléfono, dejaba casos sin cerrar... Igual es una lata cuando la gente se pone a llorar ahí en frente... pero qué más podía hacer? Ya más oportunidades no podía darle, pues también tengo que velar porque mi plataforma funcione como debe... en fin.

También me ha dado por ponerme a oír música en italiano. No hay caso, ese idioma me tira, y fuerte! No entiendo una de lo que hablan ni lo que cantan, pero las voces, las melodías y los ritmos de algunos temas son taaaan lindos que ahí me quedo imaginándome las tremendas historias (mamonas of course!) mientras escucho la Radio Rosa. Tiene un estilo entre las radios Paula y Radioactiva de acá, y al escucharla aprovecho de conocer música que si no fuera por internet, seguramente no llegaría a oír jamás. Al que le gusta el pop le sugiero bajarse temas de Luca Dirisio. Al menos a mí me encanta (y ahora que vi un video me gusta más!... pecado! Mmm.. volví a ver el video, y es bien guapo el chiquillo... ah, y canta bien más encima, jajaja. Les recomiendo el tema "Magica").

Saliendo un poco del tema de los hombres italianos y lo guapos que suelen ser, quería hablar de lo cachurera que soy. Sí, aparte de desordenada soy buena para amontonar cosas: papeles, archivos, fotos, basura en la cartera, lápices que no escriben, ropa que no uso, etc. Mi doc dice que es una señal de que estoy acostumbrada a mirar al pasado, a aferrarme a cosas que no me sirven y que al final termino caminando con una mochila que me dobla la espalda... Pero lo bueno del asunto es que estoy trabajando para dejar de cachurear, ahora estoy empezando a guardar solamente las cosas que de verdad me pueden servir, y no las "por si acaso llego a necesitar". Y estoy haciendo lo mismo con las situaciones, personas, recuerdos y preocupaciones: sólo me quedo con lo que aporta. Es una cosa súper sana y lógica, sin embargo nunca la había practicado. Pero nunca es tarde para cambiar, dicen... ;)