La fuc**ng cigüeña

Hay cosas que cuando uno es empleado raso no son relevantes, pero cuando uno es jefe sí se vuelven importantes: los embarazos. Apenas comenzó la primavera a la gente le dio por sacarse la ropita y aparearse, y como mis ejecutivos no son la excepción tengo 3 embarazadas en la oficina.

Si todas trabajaran y fuesen responsables yo no tendría drama, pero de ellas solamente una es la que "vale la pena" y a las otras dos las protege la ley con un fuero que muchas veces lo único que hace es ponerle un lastre a la empresa que las tiene entre sus filas. Porque señoras y "señoritas", embarazo no es lo mismo que invalidez! Sépanlo! Aún pueden caminar hacia la ventana y abrirla si hace calor, o no se van a morir porque tienen el ventilador cerca! Si ya la gente inútil me cae mal, imagínense cómo estoy con dos tipas que nos "metieron el golazo" (ambas sabían que estaban embarazadas al llegar a trabajar, pero es una larga historia contarles cómo me di cuenta) solamente para ir y creerse una ameba sobre la silla.

Y ahí es cuando me doy cuenta que las cosas están muy mal hechas, porque tenemos una ley que protege a la mujer, pero les da todas las facilidades para aprovecharse del fuero con cero cargo de conciencia. Si llegan tarde o faltan sin justificación uno no saca nada peleando o llamándoles la atención, porque igual no se las puede desvincular aunque falten dos lunes seguidos.

En fin, solamente espero que la plaga no se siga expandiendo (y yo tampoco quiero ser víctima del espíritu santo). Por lo pronto para evitar más guaguas pensaré en cómo ponerle anticonceptivos a los bidones de agua en la oficina, jajajaja.