Emociones inútiles: Culpa y Preocupación (parte II)

viernes, 18 de mayo de 2007
¡No hay de qué preocuparse! ¡Absolutamente nada! Puedes pasarte el resto de tu vida, empezando ahora mismo, preocupado por el futuro, y por mucho que te preocupes, no cambiarás nada. Recuerda que la preocupación ha sido definida como el sentimiento que te inmoviliza en el presente por cosas que pueden llegar a suceder en el futuro. Debes tener cuidado en no confundir la preocupación con el hacer planes para el futuro. Si estás haciendo planes para el futuro y la actividad del momento presente puede contribuir a que ese futuro sea mejor esto no es preocupación. Sólo es preocupación cuando de alguna manera te encuentras inmovilizado en el presente por algún acontecimiento que puede suceder en el futuro.

Así como nuestra sociedad alienta y da alas a la culpa, también fomenta la preocupación. Una vez más todo empieza con la falacia de parangonar la preocupación con el amor. Si quieres a alguien, es el mensaje, debes preocuparte por él. Oirás frases como "Por supuesto que estoy preocupado por ella; es natural cuando quieres a alguien" o "No puedo dejar de preocuparme porque te quiero". Así pruebas tu amor preocupándote suficientemente en el momento apropiado.

La preocupación es endémica en nuestra cultura. Casi todo el mundo pierde una increíble cantidad de momentos presentes preocupándose por el futuro. Y todo ello no sirve para nada. Ni un solo momento de preocupación logrará mejorar las cosas. Peor aún, es muy posible que la preocupación anule tu eficacia en el presente. Más aún, la preocupación no tiene nada que ver con el amor que debe ser una relación en la que cada persona tiene el derecho de ser lo que elige ser sin condiciones impuestas por la otra persona.

Gran parte de tu preocupación se refiere a cosas sobre las que no tienes absolutamente ningún control. Puedes preocuparte todo lo que quieras sobre la guerra, o la economía, o posiblemente las enfermedades, pero la preocupación no nos traerá la paz ni la prosperidad ni buena salud. Como individuo, tienes muy poco control sobre cualquiera de esas cosas. Además, la catástrofe que tanto te preocupa a menudo resulta ser menos horrible en la realidad de lo que fue en tu imaginación.

Yo traté a Harold, que tenía cuarenta y siete años, durante varios meses. Estaba preocupado porque podían despedirlo de su trabajo y entonces no podría mantener a su familia. Empezó a perder peso, no podía dormir y enfermaba a menudo. En las sesiones de terapia, hablamos sobre la inutilidad de la preocupación y sobre el modo que podía elegir para estar contento. Pero Harold era un preocupado de verdad y sentía que era su diaria responsabilidad el preocuparse por los desastres que podían ocurrir. Finalmente, después de angustiarse durante meses, recibió su notificación de despido y se quedó sin empleo por primera vez en su vida. Al cabo de tres días, encontró otro trabajo que no sólo era mejor pagado sino que le brindaba muchas más satisfacciones. Había usado su fuerza compulsiva para encontrar el nuevo empleo. La búsqueda fue rápida y sin tregua. Y toda su preocupación anterior resultó inútil. Su familia no se murió de hambre y Harold no se desplomó. Como la mayor parte de los cuadros sombríos de nuestra imaginación, el cambio resultó más beneficioso que terrible. Harold experimentó en carne propia la inutilidad de la preocupación, aprendió de primera mano lo inútil que resulta preocuparse y ha empezado a adoptar una actitud más despreocupada para su vida.


ALGUNAS ESTRATEGIAS PARA ELIMINAR LA PREOCUPACIÓN

Empieza a ver tus momentos presentes como un tiempo para vivir en vez de obsesionarte por el futuro. Cuando te pilles angustiándote, pregúntate a ti mismo: "¿De qué me estoy evadiendo al gastar este momento en preocupaciones?". Entonces empieza a atacar lo que estás evitando o lo que sea que te impulsa a evadirte. El mejor antídoto para la preocupación es la acción.

- Hazte a ti mismo esta pregunta eliminadora de preocupaciones: "¿Qué es lo peor que me puede pasar a mí (o a ellos) y qué posibilidades hay de que ocurran?". Descubrirás de esta manera el absurdo de las preocupaciones

- Haz una lista de preocupaciones anotando todas las cosas que te preocupaban ayer, la semana pasada e incluso el año pasado. Verifica si tus preocupaciones hicieron algo por ti. Averigua también si algunas de las cosas que te preocupaban llegaron a suceder. Pronto te darás cuenta de que la preocupación es una actividad doblemente inútil y vana. No hace nada para modificar el futuro. Y la posible catástrofe resulta a menudo muy inferior a lo esperado e incluso un hecho beneficioso cuando sucede.

El momento presente es la clave para comprender tus actividades de culpa y preocupación. Aprende a vivir ahora, en el presente, y a no desperdiciar tus momentos actuales en pensamientos inmovilizantes sobre el pasado o el futuro. No hay otro momento en el que sea posible vivir más que el presente, el ahora, y todas tus preocupaciones y culpas tan inútiles se hacen en el exclusivo momento presente.

Extraído de :Tus zonas erróneas, Wayne Dyer.

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