El bajón

jueves, 23 de mayo de 2013
La lata de terminar un libro es justamente eso: que se termina. Si el libro era malo uno da las gracias a Dios por haberle dado la fuerza de haberlo terminado, pero cuando el libro es bueno uno se queda con sentimientos encontrados: feliz de haberlo disfrutado pero un tanto triste porque terminó la historia. Y en mi caso, ahora que terminé de leer "Legado", se me terminó la saga completa y fue la despedida del protagonista y los personajes.

Confieso que lloré con la última página... me dio pena. El final me produjo amor y odio (si no lo ha leído y no quise saber cómo finaliza, pare inmediatamente de leer este post!): Lo amé porque no es un final tan feliz, y en general los finales felices no me gustan porque los encuentro fáciles, poco creíbles y los termino criticando tanto que no me los creo. Por otro lado, el hecho de que no fuera un final feliz me dejó con la sensación de pena que produce el hecho de darse cuenta que en la vida no siempre las cosas terminan como uno quisiera (ni en los libros ni en la vida propia). Y pongo la radio y las canciones tristes me producen melancolía... y anoche (después que terminé de leerlo en vez de estudiar para mi prueba) me quedé tan pegada que sólo atiné a acurrucarme en mi cama, sintiéndome un poco tonta por la sensación de tristeza que tenía.

Quizá se me pase un poco si bailo algunos temitas del Just Dance... Sólo como para hacerme el ánimo de estudiar :s

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