El Principito

domingo, 4 de febrero de 2007
Cuando era chica en el colegio me hicieron leer El Principito. La verdad es que lo encontré fome, y creo que hasta me saqué mala nota en la prueba.

También una vez, cuando la Karla estaba en básica, la acompañé a ver una obra de teatro del mencionado libro. No me aburrí demasiado, pero aún así no veía por qué todo el mundo alucina con el famoso niñito, al cual francamente siempre encontré pobre y aburrido.

Pero anoche, mientras pensaba (que a veces me pasa) me acordé de un buen amigo y me puse a buscar el libro para poder leerlo. De pasadita encontré páginas super buenas de donde descargar libros gratis, jajaja...

Posiblemente antes nunca lo entendí porque siempre tuve una mente muy adulta, de gente mayor, y no era capaz de detectar la simpleza y de disfutar los detalles, al igual que los niños. Ahora que me he vuelto menos grave y más amable (o quizá sea la cercanía con el Diego, quién sabe) he podido leer el libro y disfrutarlo realmente. Y me ha emocionado hasta el punto de casi derramar unas lágrimas cuando él vuelve a su planeta, ayudado por la serpiente.

Es increíble lo duros que nos volvemos con el tiempo, lo graves que aprendemos a ser y la facilidad con la que olvidamos disfrutar de las cosas lindas y simples, como los chicos.

He conocido a tantos "hombres serios" que sólo sacan cuentas y se conforman con sentirse ricos sólo por creerse dueños de "las estrellas", y no se percatan que la verdadera riqueza no puede medirse, ni verse, ni contarse... Me encantó especialmente el capítulo del zorro, donde le domestica (y pensar que simplemente se trata de crear lazos!!!), y recordaba toda esa gente linda que ha dejado una huella en nuestra vida, que recordamos su voz al oír una canción, o somos capaces de ver sus ojos al mirar sólo con ver las copas de los árboles.

Indudablemente he aprendido mucho el último tiempo....

Y si sientes que no eres capaz de emocionarte al escuchar el viento, o al sentir los pies en la arena y ver el mar, o si miras el cielo y no logras sentirte dichoso por ver sobre tu cabeza miles de brillantes estrellas... quizá has crecio demasiado rápido... Pero siempre tendrás la oprtunidad de sentarte unos minutos y comenzar a leer:

"Cuando yo tenía seis años vi en un libro sobre la selva virgen que se titulaba >Historias vividas<, una magnífica lámina. Representaba una serpiente boa que se tragaba a una fiera...."

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